Metodología de Atención
Antiguamente, el modelo de atención era de tipo "curativo", aplicando el internamiento en centros tutelares como única alternativa. El aspecto administrativo – organizacional de las instituciones que tuvieron a cargo la rehabilitación de los adolescentes infractores, presentaba serias deficiencias en lo concerniente a locales, alimentación, vestuario y presupuesto asignado. Ello afectaba considerablemente cualquier intento de readaptación del adolescente.
Por otro lado, los criterios técnicos reeducativos basados en la concepción de que el adolescente infractor es un sujeto nocivo para la sociedad o como persona anormal que merece castigo, generaba una relación de tipo autoritaria y punitiva.
El personal que tenía contacto directo con el adolescente, ofrecía atención masificada, despersonalizada y fundamentalmente represiva, dejando totalmente de lado el buen trato, la afectividad, la educación de la fe y el estímulo gratificante, elementos tan necesarios para la creación y mantenimiento de un comportamiento adecuado.
El modelo de atención anterior, no planteaba un trabajo sistémico, coherente ni holístico. Su intervención se realizaba a través de acciones desarticuladas, reactivas, improvisadas e inmediatistas. Aún cuando medie la falta de recursos, no es favorable para el adolescente mantener este tipo de situación en forma permanente durante años, sin dar lugar a cambios que permitan una educación liberadora y productiva. Este modelo descrito a grandes rasgos, sólo limita y deforma la personalidad del adolescente, ocasionándole daños irreversibles, entorpeciendo su proceso de reinserción social.
Los años de experiencia, nos han demostrado que, el encierro bajo estas condiciones, no ofrece perspectivas para un verdadero cambio de vida, no facilitando la comprensión y participación del adolescente en su propio proceso de readaptación. La modificación de la conducta del adolescente infractor sólo podrá lograrse si se le brinda la oportunidad de ser reconocido como persona humana, como sujeto de derechos, con dignidad, sensibilidad, ávido de afecto y protección, con capacidad y potencialidades susceptibles de ser desarrolladas. El modelo tradicional no es compatible con estos principios.
El análisis nos llevó a plantear la necesidad de cambiar los paradigmas en la atención al adolescente infractor, que, hasta entonces, demostraron fehacientemente, en el día a día, que no se logró más que generar mayor resentimiento y aislamiento, violencia, desorden e indisciplina.
Es así, que el Poder Judicial en el año 1997, asumió el reto de dar un viraje radical al tratamiento que se venía dando a los adolescentes, mediante una serie de estrategias de intervención, con miras a elevar la calidad de servicio y brindar una posibilidad de cambio, en base a un trabajo técnico, planificado, y no, como una medida disciplinaria, sancionadora o de aislamiento. Siendo el principal objetivo rehabilitar y reinsertar a la sociedad a los menores en conflicto con la ley penal.
Para ello, se creo el Sistema de Reinserción Social del Adolescente Infractor, documento técnico, jurídico normativo, especializado en el tratamiento del adolescente infractor, el cual comprende una serie de programas, métodos, técnicas e instrumentos de carácter eminentemente educativos, acorde con las leyes y normas compatibles con los Derechos Humanos, cuya metodología es pedagógica – preventiva, por medio de un conjunto de programas graduales, secuénciales e integrados que actúan en forma evolutiva en el adolescente hasta conseguir el autogobierno como expresión de su readaptación.
Es así, que después de once años de su aplicación y de acuerdo a la experiencia adquirida a lo largo de éstos años, en el año 2011 se ha variado su denominación por "Sistema de Reinserción Social de Adolescente en Conflicto con la Ley Penal", y modificado su aplicación, incorporando un marco teórico, un enfoque socioeducativo y sistémico, la metodología de intervención es formativo – preventiva – psicosocial, diferenciando dos modalidades de intervención (medio cerrado / medio abierto) y se fundamenta en La Razón, la Fe y el Afecto.